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Todo proyecto es una construcción de relaciones, no sólo físicas sino también perceptivas entre sus partes y las pre-existentes: entre lo que se propone y lo que hay, entre lo
que se encuentra y lo que se necesita, para a partir de ellas iniciar su desarrollo. Estas relaciones son las que lo van formalizando, estableciendo un continuo diálogo con
lo que ya existe, para incorporarlo como parte del proyecto. La disposición del nuevo Complejo Cultural de la Universidad Nacional de Moreno obliga a encontrar una relación entre el campus y la ciudad. A partir de un nuevo camino que une la circulación interior del campus con la Plaza Buján, el edificio se repliega para recibir a los peatones que provienen de ambas direcciones: de allí surge su posicionamiento en el sector sur del terreno y su frente quebrado que indica el acceso y abre su fachada principal al Norte.
Más allá de sus límites físicos, el proyecto extiende sus relaciones para incorporar los espacios exteriores como parte del mismo, logrando un definitivo anclaje del edificio en el lugar.
El hecho de que el futuro edificio será constru - ido en etapas determinó una serie de volúmenes independientes para cada programa que se ensamblan alrededor de un espacio común que los une y articula como Hall General del Complejo. Este espacio es el más dinámico y extrovertido del proyecto, una especie de plaza cubierta con cualidades de espacio exterior y vínculos visuales con los espacios verdes que lo rodean y que al mismo tiempo nuclea a todas las áreas Comunes del Complejo. Cada uno de los volúmenes programáticos (Biblioteca, Aula Magna y Estudios de Radio y TV) es un paralelepípedo que se alinea con las geometrías del lugar y puede ser construido en una etapa posterior sin afectar la estética y funcionamiento del conjunto. Si bien es indistinto el orden de construcción de cada etapa, se sugiere la conveniencia de ejecutar primeramente la Biblioteca para lograr que el frente hacia el Norte del Conjunto esté completo en toda su longitud. Si bien la planta el edificio aparece como fragmentada por sectores, es luego la cubierta la que se plantea como un único techo a dos aguas que unifica la geometría del conjunto.
Constructivamente, se ha priorizado el uso de tecnologías ampliamente difundidas y probadas en nuestro medio: El Hall y cada uno de los volúmenes programáticos se piensa de manera mixta, con una estructura de hormigón armado recubierta en mampostería de cerramiento. La cubierta se ha pensado como una estructura metálica liviana que apoya en el perímetro de los volúmenes.
Una vez concluido el proyecto, todo debería parecer natural, como si no se pudieran distinguir los senderos existentes de los nuevos, los árboles ya plantados de la nueva forestación, los accesos peatonales desde el campus o desde la ciudad, el estacionamiento vehicular, los espacios interiores de los exteriores; como si todo hubiese sido pensado en un sólo acto y formando parte de un mismo proyecto.

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