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El análisis exhaustivo del programa de necesidades, el contexto del lote y el reglamento de edificación da como conclusión la pertinencia de un edificio en una sola planta. Destinando 233 m2 del lote a superficie cubierta y 25 m2 a superficie descubierta se encuentra un óptimo equilibrio entre usos, terreno y normativas.

A partir de esta primera decisión el proyecto se define como una gran cubierta de chapa blanca que deja un patio lineal en el sector posterior y permite -gracias a su forma en zigzag- espacios interiores de alturas generosas con entradas de luz cenital en las zonas más profundas de la planta. Una circulación longitudinal central permite vincular el frente con el fondo del terreno e ir accediendo a los diferentes espacios a ambos lados de la misma.

El perímetro de muros medianeros existentes se utiliza como contenedor y único soporte estructural de proyecto. Sobre el mismo, el techo se sostiene a través de una estructura metálica liviana que se desarrolla de lado a lado con vigas reticuladas que acompañan su geometría, sin apoyos intermedios. La forma de la cubierta determina interiormente 4 módulos espaciales que organizan los ambientes y usos. Bajo su cielo raso se ubican los tabiques mínimos necesarios: tabiques de construcción en seco separan usos y actividades fijas, mientras que tabiques móviles (en forma de puertas corredizas y paneles plegadizos) permiten vincular o segregar distintas áreas de acuerdo a diferentes escenarios de demandas y espaciales y de funcionamiento. Esto da como resultado un edificio fácilmente adaptable.

A lo largo de ambas medianeras se desarrollan dos espesores con mobiliarios que alojan múltiples usos: archivo, biblioteca, equipamiento, cocina, servidores informáticos, depósito de sillas, guardado de elementos varios, parrilla, etc. También incluyen arquitectónicamente en ellos las infraestructuras de aire acondicionado, agua, desagües, electricidad y redes.

Hacia el frente, una gran vidriera a la calle vincula las actividades cotidianas del Colegio con la comunidad. Hacia el fondo otra vidriera vincula las actividades más privadas con un pequeño patio con vegetación y el cielo del centro de manzana.

Todas estas estrategias de proyecto resultan en un edificio con una atmósfera diáfana y tranquila, que invita al disfrute del trabajo cotidiano y de sus actividades sociales, culturales y recreativas.

Urbanamente, su presencia es amable con la escala de la cuadra al mismo tiempo que sus proporciones y materialidad destacan sutilmente su carácter institucional.

El proyecto pretende reunir eficiencia, economía y versatilidad con riqueza espacial y de usos, nobleza en sus materiales y sofisticación en sus detalles; todo logrado y calibrado con los elementos constructivos mínimos necesarios. Es una manifestación tangible del valor de la arquitectura como organizadora eficaz de recursos y espacios para el desarrollo armonioso de las actividades humanas: tal es su verdadera impronta institucional.

 

Equipo

Bonnet Quentin, Brachetta Franco, Falabella Francisco, Flosi Sebastián, Fuksmann Victoria, Gamba Pablo, Leggeri Emmanuel, Meucci Florencia, Navarini Luciano, Paz Mercedes, Rossi Raies Lucrecia, Rota Leonardo, Rothman Sofía, Manuel Bianchi, Facundo Spina

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